Resumiendo un poco, es la historia de mis últimos meses, sentimentalmente hablando. Soy un chico tímido, reservado y bastante tonto.
Pues si, ¿por qué no? Voy a escribir sobre mí, sobre todo lo que me ha cambiado últimamente, y por qué son las 5 de la madrugada y no nada de sueño, no se qué haré con este texto o si lo borraré en cuanto termine de escribir, pero necesito contar a alguien, bueno, a quien quiero engañar, contarme a mí mismo cómo se llega, después de casi 20 años, a una situación en la que puedes pensar que explicándole al mundo lo que te aflige, vas a sentirte mejor…
Bien, empiezo mal, repitiendo algo que ya he comentado, tengo casi 20 años y vivía hasta hace poco dando la espalda a mi vida, sin pensar en nada que no fuese el deporte o la informática, pero se cruzó una persona en mi camino, una chica. Soy un chico extremadamente tímido y reservado, necesito muchísimo tiempo para mostrarle a cómo soy en realidad, afable, simpático, sensible, buen amigo…Pues bien, como decía, apareció esa chica, la conocía desde hacia algún tiempo, una compañera de instituto más de las que me ignoraban, o más bien obligaba a que me ignorasen, que tenía problemas en ese momento, tanto con su familia, como con una tormentosa relación en la que se encontraba inmersa, como en el plano académico. Casualidades del destino me alzaron como la persona que ella necesitaba, alguien a quien no le gustase demasiado hablar de sí mismo y que se esforzase por escucharla y entender sus problemas. De esa forma, el desahogo momentáneo evolucionó en interminables charlas nocturnas por Internet, que con frecuencia terminaban con el alba.
Hago un inciso en este momento para explicar lo que supuso para mí esto, no es que fuese un chico aislado, estaba y estoy perfectamente integrado en mi grupo de amigos, y no los cambiaría por nada en el mundo, pero mi relación con las chicas nunca había sido tan profunda.
De esas charlas derivaron lágrimas (soy sensible, y qué! Si no voy a firmar, nunca se sabrá quien es aquel tío capaz de llorar por los problemas de una amiga, en silencio, sin decirselo, además conociendo al género masculino en general, no creo que haya muchos), pero sobre todo, y de lo que estoy de sobremanera orgulloso es de las sonrisas que conseguía que esbozase, la emoción y el alivio que me aportaba ver cómo una conversación podía empezar con “a ver si me muero ya de una puta vez” y acabar con un “joder, mañana voy a tener agujetas de reir”. No podía ocultar la sonrisa de satisfacción tras un trabajo bien hecho al irme a dormir.
Ella cambió, terminó aquella relación, aclaró hacia dónde quería encaminar su futuro académico y aprendió a lidiar de una manera menos traumática con sus inclemencias familiares… Todo iba bien, me convertí sin querer en el mejor amigo de esta persona, su punto de apoyo, que sabia todos sus secretos, que siempre estaba ahí, 24 horas, cada vez que el ex la llamaba y la hacía sentir culpable de la ruptura y sentirse una mierda, cada vez que sus amigas la daban la espalda, cada vez que su familia le echaba en cara el fracaso en los estudios universitarios, cada vez que me necesitaba, sin falta.
No solo ella cambió, claramente yo también muté hacia algo extraño, seguía siendo yo, el “rarito” que evita el contacto con las personas, pero que era capaz de haber creado un vínculo afectivo tan grande hacia otra persona. No se si como “pago” a mi ayuda, ella intentó ayudarme a mí con mi timidez, convenciéndome de que el amor existe, de que si quitase de la fórmula mi personalidad introvertida, gracias a mi manera de ser, y mi físico (no soy el chico gordo con gafas que imaginabais hasta aquí, me encanta el deporte, estoy en forma, voy al gimnasio casi a diario… y mi abuela dice que soy guapo), podría estar con cualquier chica que quisiese, ciencia ficción pura, pero comencé a creérmelo, lo de mi espectacular sex appeal no, más bien lo de que el amor podía existir, y como tonto de libro que soy, empecé a querer de manera especial a esa chica.
No le recomiendo a nadie ser el mejor amigo de una chica que ha salido de una relación en la que estaba atada, y estar enamorado de ella. Porque si unimos que se desata, literalmente, con que te cuenta sus desataduras continuamente, es demasiado doloroso. Cada tío (cada chulo imbécil) con el que te dice que ha estado una noche, es una puñalada que se te clava en el estómago, sin poder decir nada, porque tu forma de ser, no te permite hablar con claridad sobre tus sentimientos, los mismos que comprenden que esa chica ya ha tenido bastantes problemas como para que una mierda como tú le ponga más al tener que rechazarte, porque se repite en tu cabeza “¿Quién iba a querer estar contigo?”
Todo continúa igual, ya no tienen hueco los puñales y se empiezan a clavar unos sobre otros, hasta que harto, se lo insinúas varias veces, tímidamente claro y embebido en otras conversaciones, lo que lleva a que la chica, para no quererme hacer daño, empiece a evitar tratar algunos temas, esperando a “que te me pase la tontería”, sin imaginarse que la tontería se había convertido en el eje de tu vida y que no puedes pensar en otra cosa, que no puedes dormir, que empezaba a odiarte, a odiar como eres, hasta que viendo que la evolución de la relación es el distanciamiento absoluto, al fin y al cabo, ya no tenia problemas, podía seguir su vida perfectamente sin ti, se lo dices “valientemente” escondido tras un e-mail, soltándolo todo. Bien, ¿que ocurre? Qué va a ocurrir, eres lo bastante bueno para cualquier chica, pero para ella no, eres su amigo, y es amistad y no quiere que pase de ahí, no hay nada más allá, y si necesitas que deje de hablarte para no pasarlo mal, pues lo hace y ya esta (esto te lo suelta como si nada).
Muy bien, te has lucido, la dices que no quieres dejar de hablar con ella, que aceptas perfectamente su decisión, y que si no le gustas pues no, y ya está, que todos somos suficientemente maduros como para volver a estar como antes y dejar de pensar tonterías. Maduramente lloras en la cama por las noches, maduramente vagas por el mundo como una sombra, despechado, menospreciándote y poniendo caras falsas cada vez que hablas con esa persona, caras de felicidad, caras de despreocupación, caras que odias poner.
Todo cambia, los “te quiero, hasta mañana” se convierten en “a ver si mañana hablamos un rato” las conversaciones se reducen a charlas insustanciales de escasos minutos solamente recuerdo vago de aquello que fue una bonita… mera ilusión.
Pues sí, ¿Por qué no?, acabo como empecé, sin haber sacado nada en claro y observando como ya son más de las 6 y media, recapitulando y echando la vista atrás, me ha servido para ordenar mis ideas y mis sentimientos y observar claramente que se vivía mejor antes de haber amado, porque el amor, finalmente si que existe, pero desde mi punto de vista, tan estrechamente unido al dolor que no merece la pena encontrarse con él. Estoy intentando volver a ese insustancialmente feliz estado en el que me encontraba antes de esta… pesadilla iba a decir, en realidad ha sido un sueño, pero como los sueños, sueños son y hay que despertar tarde o temprano. Perdonad los errores del texto, pero tened en cuenta que soy un chico de ciencias y sobre todo, que no son horas!.
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